La voz nos representa, nos identifica, nos permite comunicarnos con otros, y desarrollarnos en diferentes ámbitos de la vida social y profesional.
Ahora bien, el estado de salud de la voz depende en gran medida de factores fisiológicos y anatómicos que ocurren en la laringe, por ejemplo, del delicado trabajo muscular a través de los músculos exteriores e intrínsecos a ella.
También depende de otros órganos y sistemas, como el sistema respiratorio, ya que permite que las cuerdas vocales vibren y se "sonorice" el aire que es expulsado por los pulmones.
Más allá de esto, la verdad es que interviene todo el cuerpo en la producción de la voz, la tonicidad muscular, la postura que adopta la persona, la forma en que respiramos y la manera en que utilizamos nuestra laringe para emitir la voz. Por otro lado la actitud comunicativa que podamos tener dependerá del temperamento, la confianza, el estado anímico y de las circunstancias en las que estemos.
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